Rara avis por excelencia y méritos propios, Jose Domingo es a la escena de nuestro país lo que el lince ibérico supone a nuestra zoología. Un animal escénico al que deberíamos cuidar, cual especie en peligro de extinción. “Mientras Dios nos mira”, su último trabajo discográfico hasta el momento, corrobora esta afirmación. Una colección de canciones que hacen del malabarismo la mejor de sus (múltiples) virtudes. Porque seguir el rastro de este lince nos hará saltar de los vericuetos del art rock a la orilla de la canción mediterránea, de las colinas encrespadas por la psicodelia sixties a las mesetas bañadas por la luz del hedonismo ochentero. “Aire renovador que lleva sus aciertos a nuevos territorios sin olvidar el pasado reciente de la canción ibérica”. Así lo definió Bunbury. Pues eso: no olvidemos nuestro legado, ¡salvemos al lince!

Rara avis por excelencia y méritos propios, José Domingo es a la escena de nuestro país lo que el lince ibérico supone a nuestra zoología. Un animal escénico al que deberíamos cuidar, cual especie en peligro de extinción. “Mientras Dios nos mira”, su último trabajo discográfico hasta el momento, corrobora esta afirmación. Una colección de canciones que hacen del malabarismo la mejor de sus (múltiples) virtudes. Porque seguir el rastro de este lince nos hará saltar de los vericuetos del art rock a la orilla de la canción mediterránea, de las colinas encrespadas por la psicodelia sixties a las mesetas bañadas por la luz del hedonismo ochentero. “Aire renovador que lleva sus aciertos a nuevos territorios sin olvidar el pasado reciente de la canción ibérica”. Así lo definió Bunbury. Pues eso: no olvidemos nuestro legado, ¡salvemos al lince!