La música siempre necesita iconos. Para nuestra fortuna, aquí, en “esta España mía, esta España nuestra” que cantaba Cecilia, seguimos teniendo a Martirio. Una arqueóloga musical -como ella misma se define- que atesora una trayectoria que ya quisieran muchos: antes de comenzar su exitosa carrera en solitario, formó parte de dos bandas tan dispares como indispensables en nuestra escena, Jarcha y Veneno. En su haber encontramos también colaboraciones para soñar: Chavela Vargas, María del Mar Bonet, Compay Segundo, Javier Ruibal, Chano Domínguez, Omara Portuondo, Lila Downs, Silvia Pérez Cruz… Un firmamento de estrellas donde Martirio brilla tan rutilante como humilde. En “Travesía” su fulgor sigue intacto, arropada por otro músico que sabe bien que tanto resplandor no debe jamás cegarte como artista y perder tu rumbo: su hijo Raúl Rodríguez.

La música siempre necesita iconos. Para nuestra fortuna, aquí, en “esta España mía, esta España nuestra” que cantaba Cecilia, seguimos teniendo a Martirio. Una arqueóloga musical -como ella misma se define- que atesora una trayectoria que ya quisieran muchos: antes de comenzar su exitosa carrera en solitario, formó parte de dos bandas tan dispares como indispensables en nuestra escena, Jarcha y Veneno. En su haber encontramos también colaboraciones para soñar: Chavela Vargas, María del Mar Bonet, Compay Segundo, Javier Ruibal, Chano Domínguez, Omara Portuondo, Lila Downs, Silvia Pérez Cruz… Un firmamento de estrellas donde Martirio brilla tan rutilante como humilde. En “Travesía” su fulgor sigue intacto, arropada por otro músico que sabe bien que tanto resplandor no debe jamás cegarte como artista y perder tu rumbo: su hijo Raúl Rodríguez.